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Un equipo que se mostró unido durante todo el campeonato, que dejó todo en la cancha, que jugó la semifinal y la final con la cabeza, con su excelente básquet y con lo más importante, con el corazón.

El gran día había llegado, ya no había lugar ni tiempo para arrepentimientos, para recuerdos, nada de lo realizado hasta el momento era válido. Todo un año se resumía en 40 minutos, en cuatro cuartos, en un partido, en la final.

El Gimnasio Moe Williams comenzaba a pintarse de dos colores diferentes, rojo y verde. El partido aún no iniciaba, pero las porras empezaban a calentar el ambiente. De un lado de la duela se escuchaba "UPAEP, UPAEP, del otro comenzaba el grito de "verdes, verdes". En el centro de la cancha ambos equipos realizaban su calentamiento previo al juego, envueltos en los cánticos de las porras. La final era un clásico, UDLA vs. UPAEP, Aztecas vs. Águilas, Rojos vs. Verdes, una rivalidad de años se enfrentaba nuevamente en un partido de básquet.

Comenzó el partido y la UDLA tomó el control rápidamente, su defensa nuevamente fue clave, el dominio en la pintura de sus dos torres, Viridiana Villavicencio y Fernanda Gutiérrez fue fundamental y el juego en equipo, elemental. Las Aztecas dominaron a las Águilas en el primer tiempo y se fueron al descanso del primer tiempo con una ventaja de 19 puntos (41-22). Faltaban 20 minutos para que las Verdes pudieran gritar campeonas, 20 minutos en el que las Rojas a base de baloncesto y un juego muy agresivo, hasta momentos violento, intentarían arruinarles la fiesta en casa a las anfitrionas.

El tercer cuarto la UDLA siguió imponiendo su ritmo y mantuvo la ventaja en el marcador. Sin embargo, en el cuarto y último periodo de la final, del partido que resumía toda la temporada, la UPAEP se acercó en el marcador y la ventaja se acortó a sólo ocho puntos. La canasta se había cerrado para las Aztecas y su defensa se volvió vulnerable. Los nervios invadieron a las locales, comenzaron a perder balones que se transformaban en puntos para las visitantes. A falta de cinco minutos del final, una de las torres del equipo, Fernanda Gutiérrez, saldría lesionada de la cancha y el panorama se opacaba para la fiesta de color Verde. No obstante, las Aztecas volvieron al partido mediante un triple Ariane Róbinson que estiró la ventaja nuevamente y le dio la tranquilidad a su equipo. Todo estaba dicho, el marcador señalaba 67 a 57 favor las locales, sólo faltaba que el cronómetro marcara 0:00 y que la chicharra sonara para que las Aztecas se unieran en un abrazo acompañado del llanto, del grito, de la euforia, de la adrenalina, de la emoción, de la satisfacción que resumía toda una temporada de sacrificio, un abrazo que significaba un campeonato.

Las Aztecas se coronaron Campeonas Nacionales de la CONADEIP después de tres años de sequía, de tres años de frustración y al grito "palo, palo, palo, palo bonito palo eeh, eh, eh, eeeh somos campeonas otra vez" cerraron una temporada en la obtuvieron 19 triunfos contra cinco derrotas. Temporada que fue la última de la Azteca Victoria Rodríguez.

La fiesta para las verdes no terminaría allí, ya que las Aztecas Viridiana "Viri" Villavicencio, Fernanda Gutiérrez y Ariane "Robin" Róbinson, integrarían el cuadro ideal jutno a la Águila Ana Rentería y la Jaguar Natalia Rodríguez. Además, "Viri" fue seleccionada como la Jugadora Más Valiosa (MVP), "Robin" como a Mejor Encestadora y Bernardo Córdova, entrenador Azteca, como el mejor en su rubro. Así las Azteca de la UDLA cerrarían de una forma soñada la temporada 2008-2009 de la CONADEIP.